El aseo: ¿qué hacer en caso de eczema atópico?

baby bath - Baby Child
La piel de tu bebé es su envoltura protectora frente al mundo exterior. Dado que la piel desempeña una doble función protectora y sensorial, requiere unos cuidados adecuados y toda tu atención desde los primeros días de vida de tu bebé. Para cuidar a diario la piel de tu bebé, tienes que saber reconocer su tipo y comprender sus necesidades para poder responder específicamente con los productos apropiados.

Redactado en colaboración con el Dr. Clarence De BELILOVSKY, Dermatólogo y miembro del círculo de expertos Mustela


El baño ideal

Si a los adultos les gusta relajarse dándose un buen baño caliente después de un día difícil, ¡a la piel le gusta mucho menos! Especialmente la de los niños con atopia. De hecho, un baño caliente reducirá la capa de grasa tan esencial de su superficie, que actúa como barrera cutánea. (Lee nuestro dossier sobre el eczema atópico)

Pero, ¿debes negárselo totalmente a tu hijo? No necesariamente. ¡Sobre todo si le encanta jugar en la bañera! Podrías darle dos o tres baños por semana. Una única precaución: déjalo bañarse sólo unos diez minutos en agua a una temperatura de entre 35 y 37°C. Para mayor tranquilidad, o incluso eficacia, puedes añadir un aceite de baño específico para bebés y niños. Dos o tres tapones son suficientes, y los beneficios son muchos: además de contrarrestar los efectos desecantes del lavado, el aceite ayudará a relipidar la piel de todo el cuerpo y a calmar al instante las sensaciones de irritación. Además, es muy práctico: ¡no necesita aclarado!

 

La ducha ideal

El resto del tiempo, es mejor mimarlo con duchas de 5 minutos a una temperatura máxima de 35°C.
Para no dañar la piel, elige una pastilla sin jabón o un gel supergraso con el pH fisiológico de la piel. ¡Mejor! Para aportarle el máximo confort, también puedes aprovechar los beneficios de una crema de baño específica para bebés y niños para piel con tendencia atópica. Perfecta tanto para su cuerpo como para su rostro, lo dejará muy limpio y con una protección máxima. Desde el nacimiento, aliviará a tu bebé dejándole la piel flexible y sedosa y atenuando la tirantez. Y además, ¡no pica en los ojos!
 
Al secarlo, es mejor evitar frotarlo o rozarlo: un secado mediante pequeños toques con la toalla es lo ideal y mucho más delicado. Otra precaución: recuerda cortarte las uñas con regularidad y quitarte las joyas antes de lavarlo para no arañarlo accidentalmente. ¡Tienes todo lo que necesitas para darle toda la ternura del mundo!